Sinfonía universal

Oscuridad, nada, un vacío infinito, así inició todo. De pronto una ingente liberación de energía produjo el destello más cegador de todos los tiempos, el BigBang, ese día nació el universo y fue cuestión de tiempo para que su complejidad aumentara exponencialmente, átomos cada vez más complejos, moléculas, compuestos, gases, rocas, planetas, estrellas, sistemas colisionando los unos con los otros, cientos de miles de millones de destellos en el firmamento, pero… ¿Acaso alguien vio eso? No. No había nadie y todo había sido al azar pues el universo estaba dormido, no tenía conciencia, sin embargo, pasaron los milenios, los planetas se enfriaron y en uno de ellos hoy conocido como “planeta tierra” esa armoniosa orquesta de azar comenzó una nueva sinfonía, átomos, moléculas, energía, biomoléculas, estereoisómeros, enantiómeros, compuestos orgánicos, aminoácidos, proteínas, ADN, células y entonces ¡Vida!, el universo acababa de cobrar vida, pero… ¿Acaso alguien recuerda eso? ¿Alguien pensó en ello? No. Porque el universo seguía dormido, pero algo había cambiado, algo lo había vuelto aún más interesante, la vida se adaptaba y se reproducía, cambiaba, entonces se dio una nueva sinfonía llamada evolución, células, procariontes, arqueas, bacterias, cianobacterias, eucariontes protozoarios, algas, plantas, hongos, animales, ¡dinosaurios!


Todo en ciclos aparentemente infinitos de vida y muerte, miles de especies pisaron la tierra y dejaron su huella mientras que el universo seguía dormido, la vida se esfumaba y volvía una y otra vez y la sinfonía de la evolución no se detenía incluso si nadie la escuchaba: ovíparos, vivíparos, mamíferos, roedores, primates ¡Homos! Y el clímax de la sinfonía, el Homo Sapiens Sapiens.

¡Conciencia!

El universo al fin tenía conciencia.

Y cuando despertó el dinosaurio aún estaba ahí, todos lo estaban, tal vez no a simple vista, pero ahora que el ser humano al fin existía, ahora que el universo era consciente sólo era cuestión de recordar, de conocerse, por primera vez el universo eligió su propia sinfonía y la llamó Ciencia y con ella al fin comenzó a conocerse y a darse cuenta de todas las cosas que seguían ahí, Homo sapiens, primates, mamíferos, ovíparos, animales, células, evolución, compuestos, moléculas, átomos, materia, vacío, ¡El Big Bang! Todo seguí ahí y fue entonces que por primera vez el universo quedó maravillado de la existencia misma, por lo que decidió que la sinfonía ciencia sería su obra maestra y aquí estamos, somos la conciencia del universo y lo mejor de todo… Apenas estamos comenzando.



Escrito por Alfredo Fernández